miércoles, enero 31, 2007| Reclamos
Lo primero, estuve enfermo. Las defensas bajas me jugaron una mala pasada, un gran regalo de navidad, en fin, me sirvió para relajarme en el hospital. Me sentía muy a gusto ahí y los auxiliares, paramédicos, doctores, entre otros, fueron demasiado buena onda conmigo y eso obviamente lo tendré en mi memoria por mucho tiempo.
Nunca había estado tanto tiempo en un hospital como residente y uno aprende muchas cosas en este proceso de recuperación, se toma conocimiento sobre las bránulas, muestreos de sangre, punciones lumbares y diversos exámenes.
La vida en el hospital es algo especial, dependiendo de la sala en que te encuentres, existen variados comportamientos y personas que en cierto sentido pueden tratarte muy bien, ignorarte o bien, tratarte como un pedazo de basurita pisada. Me alegra saber que en mi caso los funcionarios me estimaban, o eso creía yo.
Mis amigos y conocidos más cercanos fueron un pilar fundamental en esto que me ocurrió, porque de verdad hay veces en que uno se siente muy solo y eso afecta directamente en el proceso de la recuperación, obviamente mi familia entra en este grupo de personas que me visitaban y apoyaban o que me decían que parecía un indigente con esa barba tan larga que la Pauly quería cortarme y me reí mucho cuando me dió el consejo para cortarme las uñas, puede que sea un poco grotesco o muy antihigiénico pero fue chistoso, ahora ya sé que me si no tengo un corta-uñas a mano y ando con hambre, podré saciar mi apetito y luego dejarlas parejas rasgando alguna ventana, una novedosa idea.
Mi hermano, irónicamente fue un apoyo. En la semana, mientras trabajaba en la universidad, en su hora de colación se daba el trabajao de irme a ver en MI bicicleta y comerse las cosas que tenía en ese oxidado velador al lado de mi cama, además de tomarse el jugo me hacía reír y continuaba con las tonteras de siempre, gracias por eso.
A continuación, haré una lista de algunas cosas básicas que todo el mundo necesita saber sobre estar hospitalizado, por lo menos en el hospital del salvador, sala Israel Bórquez Silva:
- Tener claro cual es tu pato en cuanto te lo entregan, ya que a veces te lo piden para medir tu orina y no siempre podrían entregarte ese, además no los lavan cada vez que lo utilizas, sino que en ciertos horarios "claves".
- En cuanto a los pájaros que entran por la ventana, ufff mucho susto, ya que se estrellan con cualquier cosa y a veces, hasta se revientan como una piñata llena de ketchup... ASCO
- Tratar de tener buenas relaciones con los funcionarios de la sala, es lo mejor para sobrevivir ahí, si no es así puede ser que a veces te amarren u otras cosas raras.
- Sobre la comida no tengo mucho que decir, de verdad me gustó mucho todo lo que hacían las cocineras, eso sí, todos los días durazno de postre... me tenía un poco apestado, al parecer no conocían las jaleas u otras frutas.
La verdad, siempre cuesta retomar ciertas cosas y en mi caso estas "cosas" son muchas por el momento. Sólo me resta descansar e ir asimilando este nuevo yo de a poco. Debo agradecer a las personas que siguen leyendo este blog y espero llegar renovado de mis vacs en el sur, ser de nuevo yo, el ser feliz y paciente, ser Andrés...
thanks to my evil twin i know u r here for me always.
Etiquetas: Escritos
12:20 p. m.
No sabes cuanto me alegro que estes bien y que seas tan positivo en la vida eso es bueno, haced varios años mi madre estuvo hospitalizada un mes a punto de morirce pero eso ya paso y esta todo bien, no me gustan los hospitales ni nada por el estilo. Saludos top
3:42 p. m.
Al fin te decidiste a escribir. Aunque estábamos todos muy preocupados por tu estancia en el Hospital, fue super entretenido, además de las muchas anécdotas que te restan por escribir en este espacio, me faltó la de tu vecino, y ahí incluyes aquella de la piñata roja.
Ojo, que yo no me comí las galletas de malo, tú mismo me decías que me las llevara, y el jugo se justifica, porque te iba a ver en bici, tu bici robada, pedaleando a todo sol desde Pedro de Valdivia con Pocuro hasta el Hospital, suuuuuuuper agradable, solamente para conversarte un rato. Ahora me estaba acordando de cuando tenía una leche en cajita y me asomé por la ventana para recoger el plástico de la bombilla.jajaja..un clásico just Cristóbal can do it.
Nos vamos a Curanipe. top
12:18 p. m.
Notables tus duraznos.
Yo me comí muchos en campamento también y el día que los cambiaron nos dieron CIRUELAS. Es que estos hueones son hueones.
Mucha suerte oye en el surrrsh! Un gusto hablar de la vida y copuchar contigo las poquitas veces que te veo. Ah, y estuve pensando - la barba, si es decente y no de náufrago, televé bien.
Besitos para ti!! top
1:29 a. m.
Personalmente encuentro muy bueno tu blog y te seguire leyendo, lamento lo que te sucedio y premio lo que has rescatado de la mala experiencia (odio los hospitales).
Yo tambien he estado por el sur y es muy entretenido, mezcla de paisajes, comida y carrete, muy distintos a Santiaguito.
Saludos. top
4:44 p. m.
Yo ya estoy de regreso. Y como le decía a tu hermano, no hay mal que por bien no venga. Esperamos pronto nuevos post tuyos en tu espacio.
Abrazo desde Ciudad de México.
Sergio. top
11:47 p. m.
hola
tantos años
espero que estes bien y saliendo adelante
saludos
pablo top
2:41 a. m.
ME gustó mucho lo que escribes... ojalá nos veamos pronto!
y visita mi blog ... besos! top