lunes, abril 30, 2007| Reclamos
Cómo decirle a alguien el cómo vivir un duelo, como aprender a vivir sin ese ser especial que nos entregaba cariño, realmente yo no puedo dar ese tipo de consejos, no me corresponde y nunca se me ha ocurrido como evitar el sufrimiento que produce el fallecimiento de alguien, hasta ahora no he encontrado forma alguna para desplazar ese dolor y finalmente la nostalgia queda.
La distancia obviamente nos aparta de nuestros seres queridos y en el caso de mi familia, muchos kilómetros que traducidos en unas 7 u 8 horas de viaje hacían imposible el encontrarnos con esa familia dolida, todo esto sumado a la reticencia de mi padre, que en cierto modo, me daba pena y me hacía comprender que él estaba triste y como no entenderlo, parte de su vida se iba, lo dejaba para siempre y sin poder decirle adiós ni darle ese abrazo fraterno o escucharle decir como alguna de esas veces en que lo escuché llamarlo con cariño "Diputado".
Esos sueños incómodos que tuve la semana pasada me decían algo y aunque yo no quise reconocerlo, todo estaba destinado a ser así. Mi tío fallecía y ya no había nada que hacer, sólo esperar que descansara y que su muerte no fuera algo dura o dolorosa, nadie quería verlo sufrir. así fue. Mi viejo estaba contento, mi primo le contó que el día antes de fallecer estaba mirando un video en donde aparecía mi papá, eso alegró su mirada por algunos momentos.
La impotencia de no poder hacer nada para remediar el dolor de mi padre me agobiaba, luego comprendí que él estaba más tranquilo y aunque rompiera en llanto, no se sometería a ese proceso depresivo post mortem de una persona y menos por su hermano quien ya descansa en paz.
Hoy será cremado en Concepción y por lo que he escuchado, posteriormente sus cenizas serán esparcidas en ese fundo donde los 4 hermanos nacieron, ese lugar lleno de historias llamado San Luis, lugar donde murió mi abuela y hoy en algunas horas, si es que no me equivoco, los restos de Pedro Hurtado Pereira descansarán entre palmeras, viñas, y aires sureños que lo acogieron durante toda su larga existencia.
Etiquetas: just Feelings...
3:32 p. m.
Esta vez sí es reclamo, mi niño, me debes una conversación que yo creo es muy importante, y discúlpame de antemano por cuando te dé la lata, pero es que yo creo que lo necesitas, y yo también, para conocerte, entenderte, ayudarte.
Lo malo de cuando la gente se muere es que hace aflorar los sentimientos embotellados de las personas, más allá de lo doloroso que es perder a alguien... pero no por ellos, sino por la nostalgia de los que quedan. Yo no sé si creo en el Cielo, no, definitivamente no, pero de que están mejor, están. Yo creo que el sufrimiento de la muerte es una cosa por la que hay que pasar. Son etapas, ¿no? primero desconcierto, después ese dolor que no te deja en paz, después una cierta templanza y poco a poco la pena da paso a las sonrisas cómplices, acordándote de lo que te encantaba de esa persona especial.
Nada, sabes que te quiero y muchísimo, pero estoy enojadita contigo. Tu frialdad --no, ni siquiera, tus arranques a veces me desconciertan. top
7:22 p. m.
Niño, pues qué te puedo decir. Yo apenas voy saliendo de un duelo, que ya me ha durado como un año... en julio se cumple el año. Así que te entiendo perfectamente: uno siente una desgarradura profunda cuando esas personas que nos han tocado profundamente, por "x" motivos, ya no están con nosotros.
No se que decir, sólo se me ocurre compartir contigo (dale click AQUÍ ) esta carta que le escribí a un amigo, del cual, desgraciadamente, me enamoré como idiota y fue por lo cual él decidió no estar más conmigo. Aún lo quiero, como un amigo que me ha cambiado radicalmente la vida. Del duelo de su partida, aún queda algo...
Te abrazo con cariño y te mando también un beso.
Desde Ciudad de México
Sergio Rubén Maldonado. top